Dos ingenieros del CECS estuvieron una semana en el continente helado, donde instalaron y probaron con éxito un radar que ellos mismos habían construido. Con este instrumento, la expedición al Polo Inaccesible medirá el espesor del hielo antártico.
David Ulloa y Andrés Uribe (CECS) y el Capitán de la Armada Gonzalo García partieron el día 18 de noviembre rumbo a Punta Arenas. Por el mal tiempo que había en Patriot Hills tuvieron que esperar una semana para poder aterrizar en el continente helado. Llegaron a la Base el día 27 de noviembre con 565 de carga, entre los radares, baterías y otros insumos.
Se instalaron en un modulo del Ejército que había sido usado en la expedición del año 2004. Ahí terminaron e instalaron el radar que habían construido en sólo tres meses “es un tiempo record ya que en Estados Unidos un instrumento así se demoran en fabricarlo por menos 5 años”, afirma orgulloso David.
Para Andrés todo fue una experiencia nueva, ya que no conocía la Antártica, tampoco la nieve y era la primera vez que volaba. David era la segunda vez que iba a la Antártica “estaba muy nervioso por el radar ya que por una parte no estaba totalmente terminado, de hecho el software lo hice allá. Además existía el riesgo que no funcionara, pero funcionó perfecto, a la primera”, relata David.
Luego de probarlo estáticamente en Patriot, salieron a terreno. Un tractor arrastraba al modulo a una velocidad máxima de 5 km por hora “no podíamos ir más rápido, ya que el modulo no tenía amortiguadores y el terreno era muy disparejo, de hecho estuve mareado las 10 horas que anduvimos, era como estar en un terremoto constante”, cuenta Andrés.
El día 4 de diciembre partieron de vuelta, a Punta Arenas y luego a Valdivia, muy orgullosos de que la expedición fuera un éxito.
David Ulloa y Andrés Uribe (CECS) y el Capitán de la Armada Gonzalo García partieron el día 18 de noviembre rumbo a Punta Arenas. Por el mal tiempo que había en Patriot Hills tuvieron que esperar una semana para poder aterrizar en el continente helado. Llegaron a la Base el día 27 de noviembre con 565 de carga, entre los radares, baterías y otros insumos.
Se instalaron en un modulo del Ejército que había sido usado en la expedición del año 2004. Ahí terminaron e instalaron el radar que habían construido en sólo tres meses “es un tiempo record ya que en Estados Unidos un instrumento así se demoran en fabricarlo por menos 5 años”, afirma orgulloso David.
Para Andrés todo fue una experiencia nueva, ya que no conocía la Antártica, tampoco la nieve y era la primera vez que volaba. David era la segunda vez que iba a la Antártica “estaba muy nervioso por el radar ya que por una parte no estaba totalmente terminado, de hecho el software lo hice allá. Además existía el riesgo que no funcionara, pero funcionó perfecto, a la primera”, relata David.
Luego de probarlo estáticamente en Patriot, salieron a terreno. Un tractor arrastraba al modulo a una velocidad máxima de 5 km por hora “no podíamos ir más rápido, ya que el modulo no tenía amortiguadores y el terreno era muy disparejo, de hecho estuve mareado las 10 horas que anduvimos, era como estar en un terremoto constante”, cuenta Andrés.
El día 4 de diciembre partieron de vuelta, a Punta Arenas y luego a Valdivia, muy orgullosos de que la expedición fuera un éxito.